La salud mental es un derecho accesible y gratuito que debe prestarse a toda la población, pero se ha percibido una falta de atención a la salud mental a causa de obstáculos como el estigma social. Por lo tanto, la comunidad tiene que seguir trabajando en las actuaciones basadas en promover la salud mental, prevenir los trastornos mentales y rehabilitar un trastorno mental. Así pues, una de las disciplinas más adecuadas para intervenir sería la terapia ocupacional. ¿Por qué? Porque a través de la ocupación (nuestro día a día) adquirimos nuestros sentimientos y pensamientos, y en base a éstos construimos nuestra salud mental.
Palabras clave: ocupación, salud mental, terapia, tastarnos mentales.
Mental health is an accessible and free right that should be given to the entire population, but there had been a perceived lack of mental health care because of obstacles such as social stigma. Therefore, the community must continue to work on actions based on promoting mental health, preventing mental disorders and rehabilitating a mental disorder. Thus, one of the most appropriate disciplines to intervene would be occupational therapy. Why? Because through occupation (our day to day) we acquire our feelings and thoughts, and on the basis of these we build our mental health.
Keywords: occupation, mental health, therapy, mental disorders.
Según la OMS (2011), “la salud mental es un estado de bienestar en el cual la persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. Anteriormente, se consideraba que la salud mental era la ausencia de una enfermedad o trastorno mentales, pero con los años se ha evolucionado en los pensamientos llegando a definir la salud mental de una forma más holística como la de la OMS (1).
Por lo tanto, la salud mental consiste en lograr el equilibrio (Ver Ilustración 1). En esta imagen podríamos observar que en un extremo del eje vertical nos encontraríamos con una buena salud mental y en el otro una deficiente salud mental. Y en el eje horizontal estaría en un límite el hecho de presentar una enfermedad mental y en el otro no presentarla. Al interpretar este gráfico, se concluiría que un individuo que presente una enfermedad mental puede estar mentalmente sano y, al revés, un sujeto puede tener deficiente salud mental y no padecer una enfermedad mental (2).
Ilustración 1: Continuidad entre el trastorno mental y la buena salud mental.
La salud mental está integrada por tres tipos de bienestar: El psicológico, el emocional y el social. El bienestar emocional es llamado hedónico y consiste en la percepción subjetiva que tiene una persona acerca del placer que está experimentando en su vida. Por lo tanto, este bienestar es cambiante ya que depende de las circunstancias en las que se encuentre la persona. El bienestar social se le denomina eudaimónico y se basa en la impresión que se tiene acerca de su funcionamiento (1).
Conforme indica Paolo Fusar-Poli, “los dominios centrales que definen la buena salud mental abarcan”:
Estos dominios nos muestran que la salud mental contribuye en el desempeño personal y social de un individuo. Y, por esta razón, se debe de promover la salud mental cuanto antes para que este desempeño no se encuentre mermado (1).
La finalidad de la promoción sería conseguir la incrementación del placer, el poder y la capacidad de adaptación a través de implementar acciones en el día a día que favorezcan la salud mental (2). Pero, en la realidad, los profesionales de la salud mental suelen dedicarse exclusivamente a la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales (3).
La prevención tiene como objetivo mermar los indicios que presentan los individuos en riesgo de padecer un trastorno mental, mientras que el tratamiento implica actuar ante ese trastorno mental intentando que desaparezca o que repercuta mínimamente en la vida de la persona (2).
Tras diversos estudios, se ha evidenciado que existe una firme dependencia entre la salud mental y la salud física. Como podemos observar, (Ver Ilustración 2), existen diversas variables que afectan a la salud mental y/o física, o viceversa. Varias situaciones posibles son las siguientes:
Ilustración 2: Los efectos directos e indirectos entre la salud física y mental.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno de depresión mayor es la principal causa de discapacidad en el mundo (5).
Uno de los objetivos principales de la psiquiatría clínica es prevenir los trastornos mentales (2), puesto que se trata de uno de los principales motivos por los que más se asiste a la atención primaria (5).
La población adolescente presenta mayor riesgo de que aparezca un trastorno mental. Un 20% de adolescentes suelen padecerlo ya que estos individuos suelen estar vivenciando situaciones complicadas como discriminación, desafíos, etc. (2).
La CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud) es una herramienta que permite comprender la salud a través de códigos.
Ésta se enfoca en 2 componentes principales (Ver Anexo 1): Funcionalidad y discapacidad y, por otro lado, factores contextuales. Dentro de la funcionalidad y discapacidad deberíamos tener en cuenta las funciones y estructuras corporales y, además, las actividades y participación. Y para los factores contextuales habría que considerarse los factores ambientales (relaciones, productos, etc.) pero no los personales (edad, género, etc.) (6).
Como podemos observar en el gráfico (Ver Ilustración 3), los individuos que llevan tiempo hospitalizados a causa de un trastorno mental después pierden las capacidades necesarias para desempeñar las funciones laborales correctamente (6).
Ilustración 3: Deterioro de la capacidad en una muestra de conveniencia de pacientes hospitalizados psicosomáticos.
¿Qué es el estigma? Es la atribución de una característica nociva una persona o grupo específico causando a la sociedad pensamientos negativos hacia ellos (8). Por lo tanto, la estigmatización es un asunto muy delicado y preocupante en el mundo (9).
El estigma social hacia los trastornos mentales más común es que las personas que los padecen son muy agresivas y peligrosas (10).Y el estigma hacia los trastornos mentales perjudica la atención a la salud mental y, por eso, sería muy importante suprimir esa estigmatización puesto que las personas estigmatizadas suelen postergar el tratamiento (9).
La gran mayoría de los individuos que padecen una enfermedad mental pueden llegar a ocultarla para evitar la estigmatización (11) y, a veces, hasta se niegan al tratamiento de ésta (12).
Además, la estigmatización ocasiona a la persona estigmatizada efectos emocionales dañinos que pueden desencadenar un intento suicida (11).
Las soluciones que habría que llevar a cabo con el fin de suprimir este estigma social serían las siguientes:
Concluyendo, sería fundamental transmitir a la sociedad una cultura en la cual se eliminen los prejuicios hacia otras personas y hacia las enfermedades (14).
Según la Federación Mundial de la Terapia Ocupacional y la Sociedad Internacional de ciencias ocupacionales: “la ocupación se basa en las actividades cotidianas que las personas realizan como individuos, en familias y con comunidades, para ocupar el tiempo y dar sentido y significado a la vida”. Es decir, es el conjunto de funciones que una persona lleva a cabo con el fin de satisfacer sus necesidades primarias (dormir, alimentarse, etc), secundarias (ocio, participación social, etc) y terciarias (éxito en el trabajo, pertenecer a un grupo de amigos, etc) (15).
Por lo que la ocupación es el conjunto de las tareas primordiales que una persona realiza para satisfacer las necesidades de su vida (16).
Cuando en la definición de ocupación aparece “dar sentido” se está refiriendo a la importancia que le está ofreciendo la persona a las actividades que realiza en su día a día
La ocupación se refiere al “ser” y al “hacer” de un inviduo. El “hacer” es moldeado por la persona ya que decido dónde, por qué y con quién realizar actividades. Este “hacer” influirá en las creencias, intereses, experiencias, etc. de la persona. Así pues, el resultado del “hacer” es el que conforma la identidad de una persona. Esto podríamos resumirlo en este breve esquema:
Este esquema significa que a través de las actividades que realizamos y el significado que le damos a estas vamos creando nuestra identidad personal (“somos lo que hacemos”). (17)
La salud no es únicamente la carencia de algún trastorno, sino un estado de bienestar físico, psicológico y social y la salud mental es la situación en la cual un individuo es consciente de sus habilidades, puede hacer frente a la vida y trabajar de forma provechosa y beneficiosa y, además, pertenece a su comunidad (26).
La salud mental está compuesta por tres tipos de bienestar:
Además, tener una buena salud mental está relacionado con un funcionamiento positivo, es decir, desempeñar tareas de manera fructífera (27).
Existe un modelo comunitario que se ampara al fundamento de incorporar los servicios de salud mental en la atención universal de la salud y en servicios de otros ámbitos (educación, justicia, etc.). Estos servicios se dividen jerárquicamente según el nivel de uso y necesidad (Ver Ilustración 4):
Ilustración 4: Pirámide de la combinación óptima de los servicios.
En estos servicios, actualmente se ha percibido una carencia en relación a los profesionales de la salud mental puesto que la media varía entre 0,04 – 9,80 psiquiatras por cada 100.000 habitantes (Ver Ilustración 5) (28)
Ilustración 5: Número de psiquiatras por 100,000 habitantes.
Se prevé que un 25% (1 de cada 4 personas) sobrellevan un trastorno mental (28).
El DSM-5 (Manual de diagnóstico y estadística de trastornos mentales) se creó con el objetivo de clasificar y presentar los diagnósticos de los diversos trastornos psiquiátricos que existen. Según el DSM-5, la clasificación de los trastornos psiquiátricos es la siguiente (29):
Las enfermedades mentales son un claro ejemplo para observar cómo un problema de salud repercute en la vida cotidiana de la persona que la padece (6).
Se ha constatado cómo la soledad (situación desoladora en la cual el individuo no se relaciona con nadie de su entorno) influye negativamente en la salud mental de la persona. Además, se ha percibido que poseer una red social (vínculos con las personas de tu alrededor) disminuye la posibilidad de padecer síntomas psicóticos (30).
Para evaluar los componentes de la participación social de la persona (apoyo social, red social, aislamiento social, etc.) tendríamos que conocer varios conceptos principales. Para ello, se pueden clasificar en 5 dominios (Ver Anexo 2):
Las personas que padecen un trastorno mental, frecuentemente, tienen un índice de masa corporal mayor de 30, es decir, presenta obesidad. Este hecho se debe a varios factores como la ingesta de medicamentos, pero, también, se debe, a estilos de vida muy inusuales en esta población. ¿Cuáles son estos estilos? Escasa actividad física, consumo excesivo de tabaco, desmesurada ingesta de alcohol, etc. (5). Para evaluar cuál es la cantidad de ingesta de salud y si ésta llega a ser un problema se puede utilizar el cuestionario AUDIT (Ver Anexo 3) (28).
El 40% de la población que padece una enfermedad mental presenta un trastorno del sueño (insomnio, apneas…) (5). Y dentro de la población diagnosticada de trastorno depresivo: 67-84% de adultos y 57% de adolescentes tienen problemas para conciliar o mantener el sueño (31).
Gran cantidad de casos de trastornos mentales tienen un desenlace fatal, el suicidio. Como podemos observar en la tabla (Ver Ilustración 6), las personas con una gran posibilidad de desencadenar un acto suicida son aquellas que padecen un trastorno mental, que están vivenciando situaciones muy complejas, etc. (28):
Ilustración 6: Personas con alto riesgo de conducta suicida.
Los trastornos mentales inciden negativamente en las capacidades necesarias para la gestión del tiempo y así pues se postergan las tareas, no se acaban las actividades, etc.
Esto es un problema para el grupo de personas que padecen trastornos mentales ya que la acción de gestionar el tiempo es primordial para adquirir un equilibrio entre todas las ocupaciones diarias que tenemos y así sentir satisfacción con nuestra vida. (23).
Se ha evidenciado que cuando una persona realiza actividades significativas para ella su salud aumenta, mejorando así sus habilidades físicas, cognitivas y psicosociales y consecuentemente aumentando el bienestar de la persona y llegando a adquirir una mejor calidad de vida (32).
Tras varias investigaciones, se ha podido describir cuatro conceptos que describen la relación ocupación-salud-bienestar (33) (Ver Anexo 4). Por un lado, dentro del término control se encontrarían aquellas habilidades (mayores cualificaciones, responsabilidad...) que le permiten a una persona percibirse capaz de llevar a cabo una actividad. Con el concepto significado o propósito se tendrían en cuenta aquellos motivos personales (valor, conexión a causa mayor…) por los cuáles la persona realiza la ocupación. Por otro lado, se encontraría los componentes de la auto-realización (autoestima, oportunidad de crecimiento…) refiriéndose a los beneficios (incremento de bienestar con uno mismo) que obtiene tras ejecutar las actividades. Finalmente, habría que considerarse el sentido de bienestar ya que las ocupaciones también ofrecen relajación mental, disfrute, etc. (32).
Autoestima - calidad de vida - ejercicio físico
Se ha demostrado que realizar ejercicio físico mejora la salud mental de la persona y le ocasiona una mayor satisfacción con su vida y un incremento en la autoestima. Además, el deporte mitiga la ansiedad y la depresión. Aunque hay que considerar que es posible que el fracaso en el deporte repercute negativamente en la salud mental (33).
En un estudio se utilizó el inventario de síntomas (SCL-90-R) y la escala de satisfacción de calidad de vida para medir la salud mental y la calidad de vida de dos grupos de sujetos (atletas activos y estudiantes). Por un lado, a través de la SCL-90-R, se obtuvieron resultados estadísticos que indicaban que los atletas activos poseían un nivel significativo más alto de autoestima que los estudiantes, excepción en la pregunta número 12. Por otro lado, mediante la escala GENCAT (Escala de calidad de vida), se concluyó que los atletas activos poseían mayor satisfacción con su vida en comparación con los estudiantes (33).
Salud mental positiva - yoga
La práctica del yoga frecuentemente ocasiona una salud mental positiva en la persona que la practica, es decir, le genera un bienestar emocional, psicológico y social (34).
Salud mental - ejercicio aeróbico
Se ha estudiado cómo la práctica de ejercicio físico influye en la salud de los sujetos que padecen un trastorno mental grave (Ver Anexo 5). Por un lado, en la población con esquizofrenia se percibió que el ejercicio aeróbico reducía los síntomas psiquiátricos y aumentaban las habilidades cognitivas como la atención, la memoria de trabajo, etc. Por otro lado, en aquellas personas que padecían de una enfermedad mental grave se observó que cuando realizaban ejercicio aeróbico sus sistemas cardiorrespiratorios mejoraban. Además, en los sujetos diagnosticados de depresión mayor se notaba que poseían una mejor calidad de vida cuando practicaban ejercicio aeróbico. Y, por último, en la población con trastorno bipolar se notó que con la práctica de ejercicio aeróbico se reducían los niveles de estrés (35).
Salud mental - dieta saludable
Se ha comprobado que ingerir alimentos saludables mejora nuestra salud mental. Y, por el contrario, no llevar a cabo una dieta equilibrada puede originar la presencia de trastornos como la hiperactividad, el déficit de atención, etc.
Por lo tanto, la ocupación es esencial para la vida ya que con esta se puede envejecer teniendo una vida saludable ya que se ha constatado que las personas más sanas son aquellas que realizan actividades ocupacionales significativas (15).
Salud mental - empleo
Cuando una persona desempeña un empleo confortable su calidad de vida mejora, obtiene unas relaciones sociales fructuosas, aumenta su autoestima, etc. Y, consecuentemente, la persona adquiere una buena salud mental (36).
Salud mental - alimentación
Se ha evidenciado que llevar a cabo una dieta poco saludable podría desencadenar un estado mental perjudicial (37).
Salud mental - medioambiente
Pasar tiempo en ambientes naturales al aire libre mejor la salud mental de una persona (38).
Salud mental - redes sociales
Se ha demostrado que el uso de redes sociales genera una conexión social más fuerte con sus vínculos afectivos y permite crear otros. Además, las redes sociales son una fuente de entretenimiento y disfrute (39).
En nuestro día a día, también participamos en ocupaciones que son perjudiciales para nuestra salud (32).
Algunas personas tienen mayor probabilidad de padecer un trastorno mental debido a interferencias en su ocupación diaria (2).
Se ha percatado que las personas que padecen problemas de salud mental suelen tener mayores sentimientos de soledad que las personas que no los padecen. Para evaluar la participación social de la persona habría que tener en cuenta varios conceptos claves (Ver Ilustración 7) como la cantidad, la estructura y la calidad de la red social de la persona, sus emociones a causa de sus relaciones y sus recursos para mantenerlas (30).
Ilustración 7: Aislamiento social y conceptos relacionados.
Se prevé que hay una gran prevalencia preocupante del uso de instrumentos tecnológicos por parte de la población adolescente (entre 13 y 18 años): un 95% tienen un teléfono móvil Smartphone y un 88% utilizan ordenadores portátiles, tablets, etc. El uso habitual que suelen darle a estos instrumentos es la utilización de redes sociales.
Tradicionalmente, la red social más utilizada en adolescentes ha sido YouTube (85%), pero hoy día Tiktok está supliendo su puesto.
Tras varios estudios, se ha demostrado que, a veces, las sociales puede ocasionar trastornos mentales (depresión, trastornos alimentarios). Además, en las redes sociales aparecen muchos casos de acoso y algunos pueden desembocar en el suicidio de la persona acosas. Por último, es importante destacar que el contenido que observamos en las redes sociales nos influye en nuestra salud mental ya que nos comparamos y llegamos incluso a pensar que lo que vemos en la pantalla es lo correcto y nosotros que somos realidad lo incorrecto (39).
Se ha demostrado cómo la vivienda en la que una persona vive influye en su salud mental. Es decir, donde esté localizada el hogar, cómo es éste, cuánto durará la persona residiendo ahí, etc... son características que influyen en la salud mental de la persona debido a que están relacionadas con el contexto en el que está viviendo (40).
La Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE) ha afirmado que el 20% de la población adulta que pertenece al mundo laboral suele desencadenar problemas mentales (41).
Algunas condiciones laborales provocan en la persona un cansancio continuo que acaba produciendo un estrés crónico, es decir, lo que llamamos síndrome de burnout. Cuando una persona sufre este síndrome, experimenta agotamiento físico, mental y emocional. Por ejemplo, le falta energía e interés y tiene dificultad de concentración (36).
El síndrome de burnout o el síndrome del trabajador quemado provoca en las personas diversas consecuencias: (Ver Ilustración 8)