Se entiende por trastornos músculo-esqueléticos (TME), las lesiones y síntomas que afectan a cualquier parte del cuerpo. Principalmente se enfocan hacia el aparato locomotor, como son articulaciones, músculos, tendones, ligamentos, huesos,... Los TME llevan asociados un fuerte impacto sobre la sociedad, pocas veces abordado, ya que acarrea un uso ingente de recursos sanitarios. En un estudio realizado por la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en España, este tipo de trastornos es el que genera la mayor tasa de incapacidades temporales (IT) en comparativa con otras enfermedades o dolencias.
Cuando la población llega al Servicio de Rehabilitación para realizar fisioterapia a consecuencia que el TME está instaurado, se debe realizar un plan o programa de entrenamiento, a través del ejercicio terapéutico, para que el paciente lo realice (autotratamiento). La función de dicho programa será el de determinar cuál es la actividad física acorde y eficiente con las condiciones y características del paciente. Se adaptará a cada fase del proceso, a las actividades diarias que realizaba el paciente antes de la enfermedad, a su actividad laboral, situación de la lesión y situación psicológica del paciente ante la aceptación o no de su propia enfermedad. El fisioterapeuta será la persona capacitada para elaborar el plan de entrenamiento, tras realizar la valoración oportuna del paciente.
Las articulaciones son las zonas de unión más importantes del aparato locomotor, permitiendo la movilidad del cuerpo.
La articulación del hombro es la zona de unión entre el humero y la escápula (articulación glenohumeral) y la unión con la clavícula. Está formada por músculos y ligamentos fijados a la escápula y al húmero. La parte superior de la escápula contiene dos formaciones llamadas acromion y apófisis coracoides. Entre el húmero y el acromion se encuentra el espacio subacromial que contiene diversidad de tendones y músculos y es una zona conflictiva en las lesiones de hombro. El hombro, es una de las articulaciones con mayor rango de movilidad del cuerpo humano (y posiblemente la más compleja).
El síndrome de hombro doloroso es una dolencia músculo-esquelética común que puede deberse a trastornos intrínsecos del hombro (originado por las estructuras anatómicas del hombro, aumentando el dolor con la movilización de la articulación y acompañado de impotencia funcional) o extrínseca (también llamado dolor referido), donde no existe déficit funcional. Se define como aquel dolor que se sitúa en la región del hombro, unilateral o bilateral, y que aparece con algunos movimientos del brazo.
El objetivo principal es realizar un muestreo durante 6 meses de las derivaciones más habituales al servicio de fisioterapia en atención primaria y determinar que TME son los más frecuentes. Como objetivo secundario, crear un programa de entrenamiento para ayudar a restituir la salud de dichos pacientes, basado en ejercicios para recuperar el rango articular y fortalecimiento. Para ello, se realizará una revisión bibliográfica de los ejercicios para autotratamiento más apropiados para la/s lesión/lesiones detectada/s.
Realizar un muestreo secuencial aleatorio durante 6 meses, de pacientes en edades comprendidas entre 18 y 65 años y determinar que TME son los más habituales. Con los resultados obtenidos, realizar un plan de entrenamiento para la recuperación del paciente de una de dichas patologías.
Tras el estudio exhaustivo de las 523 derivaciones, se detectó que las zonas corporales más habituales afectadas por los TME en la población estudiada fueron la zona cervical (siendo la cervicoartrosis el más habitual), la zona lumbar (siendo la lumbalgia mecánica la más habitual) y la articulación del hombro (siendo el hombro doloroso el más habitual).
La importancia de conocer los TME más frecuentes en la sociedad puede ayudar a entender la necesidad de intervenir en éstas áreas, dirigir el trabajo del fisioterapeuta de Atención Primaria hacia estrategias oportunas y eficaces que permitan disminuir la prevalencia de éstas patologías. Esto permitiría reducir la duración y el número de IT.
Hombro doloroso, definición, actividad física, ejercicio terapéutico, rehabilitación.
Musculoskeletal disorders (MSD) can include injuries and symptoms that affect any part of the body. They mainly affect the locomotor system, that meaning joints, muscles, tendons, ligaments, bones... MSDs are associated with a strong impact on society, rarely addressed, since it involves a huge use of health resources. In a study carried out by the National Commission for Safety and Health at Work, in Spain, this type of disorder was pointed out as the one that generates the highest rate of temporary disability (TI) in comparison with other diseases or ailments.
On admittance to Rehabilitation Services for physiotherapy (because of MSD), a training plan must be carried out. This means therapeutic exercise the patient should carry out (self-treatment). The purpose of this program will be to determine the appropriate and most efficient physical activity according to the patient. The program should be adapted to different issues: the daily activities carried out by the patient before the illness; their work activity; situation of the injury; psychological situation of the patient regarding the acceptance of their own illness. The physiotherapist is be the person trained to properly develop the training plan, after making the timely assessment of the patient.
Joints are the most important areas of connection of the locomotor system, allowing the mobility of the body.
Shoulder joint is the junction between the humerus and the scapula (glenohumeral joint) together with the junction with the clavicle. It is formed by muscles and ligaments attached to both bones. The upper part of the scapula contains two formations called the acromion and the coracoid process. Between the humerus and the acromion is the subacromial space that contains a variety of tendons and muscles; this is a critical area in shoulder injuries. The shoulder is one of the joints with the greatest range of mobility in the human body (and possibly the most complex).
Painful shoulder syndrome is a common musculoskeletal condition. It can occur due to intrinsic disorders of the shoulder (eg: caused by the anatomical structures of the shoulder) or extrinsic (also called referred pain), in which case there is no functional limitation. Definition should be: pain that is located in the shoulder region, unilateral or bilateral, and that appears with some movements of the arm.
The main objective is to carry out a 6-month sampling of the most common referrals to the physiotherapy service in a Primary Care unit and to determine which MSDs are the most frequent. Secondary objective: create a training program to help restore health to these patients, based on exercises to regain joint range and strength. To do this, a bibliographic review of the most appropriate self-treatment exercises will be carried out for the lesions detected.
For a 6-month period we perform random sequential sampling of patients between the ages of 18 and 65 referred to the unit. We determine which MSDs are the most common. With the results obtained, a training plan for the recovery was carried out for the patient.
Exhaustive review of the 523 patients referred was made. It was detected that the most common body areas affected by MSDs were the cervical area (cervicoarthrosis being the most common), the lumbar area (mechanical low back pain being the most common) and the shoulder joint (painful shoulder).
Identifying the most frequent MSDs in society can help to understand the need to take action in these areas, directing the work of the Primary Care physiotherapist towards timely and effective strategies that allow reducing the prevalence of these pathologies. This would reduce the duration and number of Temporary Disabilities (IT).
Painful shoulder, definition, physical activity, therapeutic exercise, rehabilitation.
Se entiende por trastornos músculo-esqueléticos (TME), las lesiones y síntomas que afectan a cualquier parte del cuerpo. Abarcan, aproximadamente, unos 150 trastornos diferentes.
Principalmente se enfocan hacia el aparato locomotor, como son articulaciones, músculos, tendones, ligamentos, huesos,... Su origen suele ser derivada de la exposición prolongada a una determinada actividad1.
Cursan con dolor (que a menudo puede llegar a ser duradero y constante) y limitación de la movilidad, la destreza y las capacidades funcionales2, generando un gran impacto en la calidad de vida de las personas que las padecen.
Se suelen presentar de forma súbita e inesperada, normalmente por un movimiento brusco, por un entrenamiento deportivo mal realizado, por manipulación de cargas de forma errónea o por desplazamiento de cargas pesadas, entre otras cosas. También puede aparecer de forma lenta, pausada, a largo plazo, debido a esfuerzos, posturas o movimientos reiterados y constantes que van ocasionando, a lo largo del tiempo, un daño.
Por tanto, podríamos comentar que, los TME están ocasionados por varios factores como por ejemplo:
Figura 1: Factores de riesgo de los TME 1.
Como anotación, se podría decir que, independientemente del gran impacto personal que tiene sobre el individuo, los TME llevan asociados un fuerte impacto sobre la sociedad, pocas veces abordado, ya que acarrea un uso ingente de recursos sanitarios. Si además, la población afectada es población en activo, a la cual le genera una Incapacidad Temporal (IT), las pérdidas sociales y laborales son incalculables.
En un estudio realizado por la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en España, este tipo de trastornos es el que genera la mayor tasa de incapacidades temporales en comparativa con otras enfermedades o dolencias (Estrategia EryMEs (enfermedades reumáticas y músculo-esqueléticas) del Sistema Nacional de Salud).
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) realiza, de forma periódica, la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, para brindar un análisis exhaustivo de la situación actual en cuanto a la evolución de los factores más relevantes que conforman las condiciones de trabajo dentro del panorama español.
A nivel mundial, en 2019, miles de millones de personas, necesitaban de los Servicios de Rehabilitación durante el curso de su enfermedad, siendo la prevalencia casi igual en ambos sexos3.
Se ha observado que en los últimos años ha ido aumentado éste hecho, de manera que un porcentaje importante de trabajadores sienten alguna molestia que relacionan directamente con las posturas y esfuerzos derivados del trabajo que realizan4.
Promover la actividad física en el trabajo sería una buena forma de mejorar la productividad de la misma, disminuir los efectos de los factores que provocan los TME y por tanto se disminuirían las IT y el absentismo.
“Los trabajadores que hacen deporte se sienten ocho veces más comprometidos con su trabajo y son más creativos e innovadores. Además se consigue mejorar la salud y con ello reducir el gasto sanitario que las diferentes administraciones invierten en las enfermedades crónicas” 5.
No hay que olvidar, que la importancia de dichas enfermedades es tal, que han sido recogidas en el Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el catálogo de enfermedades profesionales de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro, donde se aglutina, en el grupo 2, todas las correspondientes con problemas ostemusculares6.
Se podría decir, en base a lo descrito y sin lugar a duda, que toda actividad laboral conlleva una actividad física que puede suponer una lesión relacionada por la aparición de una enfermedad o trastorno músculo-esquelético.
La actividad física se define como “cualquier movimiento corporal intencionado, realizado directamente con los músculos esqueléticos, que resulta de un gasto de energía que permite interactuar con los seres y el ambiente que los rodea” 7.
La actividad física favorece el avance positivo, a nivel terapéutico e incluso preventivo, de los TME. Ayuda a llegar a ese estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedad descrita por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Cuando la población llega al Servicio de Rehabilitación para realizar fisioterapia a consecuencia que el TME está instaurado, se debe realizar un plan o programa de entrenamiento, a través del ejercicio terapéutico, para que el paciente lo realice (autotratamiento).
El ejercicio terapéutico, se trata, en resumidas cuentas, de una serie de ejercicios cuya función es la de corregir problemas específicos, lesiones... basándose en movimientos corporales (prescritos siempre por un fisioterapeuta) con el objetivos de recuperar la función natural del organismo (flexibilidad, fuerza y resistencia).
Es una técnica importante dentro del ámbito de la fisioterapia, sobretodo en los tratamientos entorno al mundo laboral, ya sea como una estrategia terapéutica o preventiva.
Alguno de los puntos desde los cuales debemos partir, pueden ser:
Los tipos de ejercicio terapéutico a los que podemos recurrir, según patología y situación del paciente o dependiendo de los objetivos marcados, se podrían agrupar en:
Con todo esto, podríamos obtener beneficios tales como:
Dentro de un programa de entrenamiento en el Servicio de Rehabilitación, el ejercicio terapéutico es la clave y debe incluirse como parte de la atención multidisciplinar hacia el paciente.
La función de dicho programa será el de determinar cuál es la actividad física acorde y eficiente con las condiciones y características del paciente. Se adaptará a cada fase del proceso, a las actividades diarias que realizaba el paciente antes de la enfermedad, a su actividad laboral, situación de la lesión y situación psicológica del paciente ante la aceptación o no de su propia enfermedad.
El fisioterapeuta será la persona capacitada para elaborar el plan de entrenamiento, tras realizar la valoración oportuna del paciente.
Es importante para ello respetar la fisiología de cada persona y tener en cuenta puntos clave como edad, estado de salud, objetivos marcados e instrucción correcta de los ejercicios.
También es importante tener en cuenta factores como dosis, postura del paciente, velocidad del ejercicio, carga y medio en el que se realiza en programa, en las diferentes fases de recuperación del paciente.
No hay que perder de vista que el objetivo será el de mejorar la condición actual del paciente, trabajando flexibilidad, fuerza, resistencia, equilibrio y coordinación, y que lo importante es el paciente.
Según la OMS, sería recomendable que8:
Las recomendaciones anteriormente citadas, se aplicarían a la población referenciada, salvo que existan contraindicaciones médicas específicas.
Las articulaciones son las zonas de unión más importantes del aparato locomotor, permitiendo la movilidad del cuerpo.
Existen varios tipos de articulaciones, que, en base a su rango de movilidad y estructura, cumplen un papel fundamental en el desempeño de sus funciones. Su continuo trabajo, provoca que sean propensas a sufrir lesiones degenerativas o traumáticas que acaban por afectar a las estructuras que las conforman9.
La articulación del hombro es la zona de unión entre el humero y la escápula (articulación glenohumeral) y la unión con la clavícula. Está formada por músculos y ligamentos fijados a la escápula y al húmero. La parte superior de la escápula contiene dos formaciones llamadas acromion y apófisis coracoides. Entre el húmero y el acromion se encuentra el espacio subacromial que contiene diversidad de tendones y músculos y es una zona conflictiva en las lesiones de hombro. Existe, además, una bolsa con líquido sinovial10.
Figura 2: Articulación del hombro10.
Su movilidad se desarrolla en los tres ejes de movimiento conocidos:
Figura 3: Movimientos del hombro11.
Está compuesta por 5 articulaciones: