
https://orcid.org/0000-0002-5408-6263
El dolor neonatal ha sido históricamente subestimado, debido a la creencia errónea de que los recién nacidos carecen de la madurez neurológica necesaria para percibirlo. Sin embargo, la evidencia científica actual demuestra que los neonatos no solo sienten dolor, sino que su exposición no tratada puede generar consecuencias significativas a corto y largo plazo. Entre estas se incluyen alteraciones fisiológicas, estrés, inestabilidad hemodinámica y afectaciones en el desarrollo neurológico, emocional y conductual.
Esta revisión bibliográfica tiene como objetivo principal destacar la importancia de la evaluación y el tratamiento oportuno del dolor neonatal, resaltando la necesidad de aplicar prácticas clínicas basadas en la evidencia. Se abordan las principales herramientas de valoración del dolor, como las escalas clínicas, las cuales permiten una evaluación subjetiva, así como la herramienta tecnológica NIPE, que proporciona una medición más precisa y continua del dolor. Además, es crucial implementar intervenciones efectivas, tanto farmacológicas como no farmacológicas, que minimicen el sufrimiento sin comprometer la seguridad del paciente.
Un manejo adecuado del dolor neonatal no solo mejora la calidad de vida del recién nacido, sino que también constituye un acto ético, humano y profesional. Promover una atención integral del dolor es esencial para garantizar una práctica asistencial segura, respetuosa y centrada en el bienestar del paciente.
Palabras clave: dolor neonatal, evaluación, escalas, farmacológico, no farmacológico y unidad neonatal.
Neonatal pain has historically been underestimated due to the mistaken belief that newborns lack the neurological maturity required to perceive it. However, current scientific evidence shows that neonates not only feel pain, but that unaddressed exposure to pain can lead to significant short- and long-term consequences. These include physiological alterations, stress, hemodynamic instability, and negative impacts on neurological, emotional, and behavioral development.
This literature review aims to highlight the importance of timely evaluation and treatment of neonatal pain, emphasizing the need to implement evidence-based clinical practices. The main pain assessment tools are addressed, including clinical scales that allow for subjective evaluation, as well as the technological tool NIPE, which provides a more precise and continuous measurement of pain. In addition, it is crucial to implement effective interventions, both pharmacological and non-pharmacological, that minimize suffering without compromising patient safety.
Proper management of neonatal pain not only improves the newborns quality of life, but also represents an ethical, humane, and professional act. Promoting comprehensive pain management is essential to ensuring safe, respectful, and patient-centered clinical care.
Keywords: neonatal pain, assessment, scales, pharmacological, non-pharmacological, neonatal unit.
El dolor representa el síntoma más comúnmente reportado a nivel mundial, siendo además la causa principal de sufrimiento humano y la segunda razón más frecuente de limitación en las actividades cotidianas. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) lo define como una experiencia desagradable tanto sensorial como emocional, que se relaciona o se asemeja a la que se produce por un daño tisular real o potencial.
Existen diversas formas de clasificar el dolor, siendo las más relevantes aquellas que lo categorizan según su duración, intensidad o mecanismos fisiopatológicos.
Durante mucho tiempo se mantuvo la creencia errónea de que los recién nacidos, debido a la inmadurez de su sistema nervioso, percibían el dolor con menor intensidad y lo toleraban mejor. Sin embargo, investigaciones más recientes han demostrado que el umbral del dolor en los neonatos es entre un 30% y un 50% más bajo que en los adultos, y que su tolerancia al dolor es considerablemente menor que la de niños mayores. Esto hace que experimenten el dolor de forma más intensa y prolongada.
En los recién nacidos, ya existen receptores y vías que les permiten sentir y procesar el dolor, ya que estos se han ido desarrollando durante el embarazo. Los primeros receptores del dolor en la piel se encuentran en la zona alrededor de la boca desde la séptima semana de gestación, casi al mismo tiempo que comienza a formarse el neocórtex fetal, que es la parte del cerebro que ayuda a integrar la sensación del dolor. Para la vigésima semana, se han desarrollado todos los receptores necesarios en la piel y las mucosas, y alrededor de la semana 30, se inicia el proceso de mielinización (una especie de recubrimiento que acelera la transmisión de señales) en las vías del dolor en el tronco cerebral, el tálamo y los nervios de la médula espinal, completando este proceso hacia la semana 37.
Aunque la mielinización no esté completa, esto no significa que no se pueda sentir dolor, sino que la señal se transmite más lentamente. El sistema nervioso periférico se considera funcional a partir de la semana 20 después de la concepción. La forma en que se transmite y responde al dolor es parte de un sistema complejo que involucra varios mecanismos neuroendocrinos, que pueden tanto aumentar como disminuir la sensación de dolor.
En los recién nacidos, tanto a término como prematuros, muchos de los mecanismos encargados de inhibir el dolor aún no se han desarrollado por completo. Esto provoca que su respuesta ante un mismo estímulo doloroso sea más intensa en comparación con la de niños mayores o adultos, siendo el umbral del dolor más bajo cuanto menor es la edad gestacional del bebé.
Aunque los estudios en este campo son limitados, investigaciones recientes que han evaluado el dolor neonatal mediante escalas específicas durante distintos procedimientos dolorosos han evidenciado que la percepción del dolor es mayor en los recién nacidos prematuros y en aquellos con bajo peso al nacer.
Cuadro 3.1 Recién nacidos según su edad gestacional. Fuente: Elaboración propia.
Cuadro 3.2 Recién nacidos según su peso al nacer. Fuente: Elaboración propia.
Los recién nacidos sanos rara vez experimentan dolor, sin embargo, aquellos que requieren hospitalización sí lo padecen con mayor frecuencia, ya sea debido a los procedimientos médicos a los que son sometidos o a la enfermedad que motiva su ingreso. Hoy en día nos encontramos en las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN) recién nacidos con semanas de gestación (SG) y pesos que antes no eran compatibles con la vida, y todo ello gracias a los avances en las curas intensiva neonatales y en los avances a nivel tecnológico que han permitido reducir la mortalidad y aumentar la supervivencia de recién nacidos a término (RNAT) y recién nacidos prematuros (RNPT).
No obstante, para poder hacer frente al día a día estos pacientes se encuentran sometidos a múltiples procedimientos dolorosos. Los recién nacidos ingresados en la UCIN son sometidos, en promedio, a entre 10 y 15 procedimientos dolorosos cada día.
Cuadro 3.3 Procedimientos dolorosos en recién nacidos. Fuente: Elaboración propia.
La comunicación verbal permite expresar aspectos clave del dolor, como su intensidad, localización, duración y tipo. Sin embargo, en el caso de los recién nacidos, que no pueden verbalizar lo que sienten, la manifestación del dolor se basa únicamente en cambios en los signos fisiológicos, el comportamiento y ciertos indicadores bioquímicos. Esto hace que resulte especialmente difícil evaluar con precisión la intensidad, localización y duración del dolor en esta población.
Figura 3.1: RNPT con facias de disconfort durante las manipulaciones. Imagen de Ariadna Creus y Àngel García. Banc d’Imatges Infermeres COIB.
Cuadro 3.4 Respuestas del recién nacido ante el dolor. Fuente: Elaboración propia a través de Narbona López et al.
El dolor sufrido durante el periodo neonatal puede tener consecuencias tanto a corto como a largo plazo. Aquellos con mayor probabilidad de desarrollar dolor crónico son los RNPT, los que se someten a procedimientos dolorosos de forma repetida y aquellos que no reciben un tratamiento adecuado para aliviar el dolor. Cuando el dolor agudo no es tratado, puede interferir en el desarrollo neurológico, dando lugar a alteraciones en las funciones motoras, cognitivas y del comportamiento.
Cuando se produce un estímulo doloroso podemos observar un incremento de la FC, FR y de la TAS. A todo eso, del estrés que se genera se desencadena un estado de catabolismo con la secreción de catecolaminas, glucagón y cortisol. Además, se produce una respuesta inflamatoria que afecta al desarrollo de la mielinización. Se ha evidenciado una relación entre la exposición a estímulos dolorosos y la reducción del volumen de sustancia gris en el cerebro. En el sistema nervioso central, la presencia prolongada de dolor puede provocar daños neurológicos significativos, como hemorragia intraventricular y leucomalacia periventricular.
A largo plazo, se ha observado que los mecanismos inducidos por el estrés afectan negativamente al crecimiento, alteran el metabolismo, impactan el sistema inmunológico y producen cambios en la estructura y funcionamiento cerebral.
Por esta razón, es crucial que todo el personal sanitario encargado de atender a los recién nacidos que puedan experimentar procedimientos dolorosos o situaciones estresantes cuente con formación actualizada sobre el manejo del dolor en esta población.
Estar formado en lo que implica el dolor y cómo evaluarlo adecuadamente permitiría que los profesionales sanitarios pudieran anticiparse ante técnicas dolorosas y supieran evaluar y reconocer esos cambios o alteraciones que tienen los recién nacidos ante el dolor para así poder aplicar tanto métodos farmacológicos y/o no farmacológicos, permitiendo un adecuado manejo del dolor y por lo tanto minimizando las posibles consecuencias a corto y/o largo plazo.
La presente revisión bibliográfica tiene como finalidad explorar de manera profunda el abordaje del dolor en la etapa neonatal, reconociendo la importancia de su evaluación y tratamiento adecuados.
En este contexto, se ha planteado como objetivo general analizar y comparar los distintos métodos existentes para la evaluación y el manejo del dolor en recién nacidos que se enfrentan a procedimientos dolorosos en el ámbito clínico.
A partir de este propósito central, se han definido los siguientes objetivos específicos, que orientan el desarrollo del trabajo:
A través del cumplimiento de estos objetivos, se espera contribuir a una mayor comprensión del manejo integral del dolor en neonatos, promoviendo prácticas clínicas basadas en la evidencia y centradas en el bienestar del paciente.
Éste proyecto tiene como finalidad responder a los objetivos de investigación planteados previamente, mediante la realización de una revisión bibliográfica de la literatura científica existente. Este tipo de revisión permite recopilar y sintetizar información relevante sobre un tema específico a partir de diversas fuentes académicas, sin seguir necesariamente el protocolo riguroso y exhaustivo de una revisión sistemática. Aun así, se llevó a cabo un proceso estructurado que garantizara la calidad y pertinencia de la información recopilada, dividido en varias fases que se describen a continuación:
Con el objetivo de encontrar los artículos necesarios para la revisión bibliográfica se realizó una búsqueda en las bases de datos Scielo, Pubmed, Dialnet y el metabuscador Google Scholar.
Los términos de búsqueda que se utilizaron MeSH (Medical Subject Heading) fueron “neonatal pain”, “scale”, “assessment”, “pharmacological”, “non-pharmacological” y “neonatal unit”. Mientras que los términos DeCS (Descriptores en Ciencias de la Salud) fueron “dolor neonatal”, “escalas” “evaluación”, “farmacológico”, “no farmacológico” y “unidad neonatal”. Todos estos términos fueron combinados con el operador booleano “AND” con el fin de afinar los resultados y mejorar su relevancia en relación con los temas de interés.
La búsqueda de información se llevó a cabo entre los meses de marzo y abril de 2025. Durante este período se recopilaron los documentos considerados más adecuados para ser incluidos en la revisión.
En primer lugar, se definieron una serie de criterios de inclusión y exclusión, los cuales se detallan en las siguientes tablas.
A partir de estos criterios, se establecieron filtros que limitan la búsqueda de artículos. Se consideraron únicamente estudios publicados en los últimos 5 años, abarcando el período de 2020 a 2025, ambos años incluidos.
Además, se incluyeron sólo investigaciones realizadas en humanos, publicaciones en español e inglés, que la población de estudio estuviera hospitalizada, que permitieran el acceso gratuito al texto completo del artículo, y que se centraran en la población neonatal, es decir, desde el nacimiento hasta los 28 días de edad.
Cuadro 5.1 Criterios de inclusión. Fuente: Elaboración propia.
Cuadro 5.2 Criterios de exclusión. Fuente: Elaboración propia.
La selección se realizó en tres etapas: revisión de títulos, análisis de resúmenes y lectura completa. Se incluyeron únicamente aquellos documentos que cumplieron con los criterios establecidos y se tuvo en cuenta la claridad en la exposición, la calidad de las fuentes, y la coherencia de los resultados con los objetivos del trabajo.
Los documentos seleccionados fueron organizados en un cuadro de análisis con variables como año, autores, tipo de estudio, objetivos, metodología, muestras del estudio y principales resultados. A partir de esta organización, se realizó una síntesis narrativa de la información, destacando las principales tendencias, coincidencias y diferencias entre las distintas investigaciones revisadas.
La evidencia científica disponible respecto al dolor en recién nacidos ha aumentado considerablemente durante las dos últimas décadas.
Figura 5.1: Artículos PubMed (Pain[MeSH Terms]) AND (newborn[MeSH Terms].
Para esta revisión bibliográfica se han usado revisiones bibliográficas, artículos científicos, protocolos nacionales, estudios observacionales, meta-etnografías y metanálisis.
Figura 5.2: Gráfica de los tipos de documentos utilizados para este trabajo. Fuente: Elaboración propia
.
El manejo del dolor es fundamental en los cuidados de los recién nacidos, tanto a término como prematuros. Existen diversos métodos para evaluar el dolor en los neonatos, pero ninguno ha sido universalmente aceptado ni se considera superior a los demás.
Por un lado, tenemos las escalas de evaluación del dolor neonatal, las cuales proporcionan información subjetiva basada en la percepción del profesional de salud que las utiliza. Estas escalas pueden ser unidimensionales, si dependen de parámetros fisiológicos o conductuales, o multidimensionales, si además de los parámetros fisiológicos o conductuales dependen de parámetros contextuales como la edad gestacional.
Las principales escalas recomendadas y utilizadas en países de Europa y Latino América son:
Solo cinco escalas de dolor han sido sometidas o rigurosas pruebas psicométricas, según el consenso de dolor publicado por la Academia Americana de Pediatría, y estas son las escalas NFCS, la N-PASS, la PIPP y la BIPP.
Cuadro 6.1 Herramientas de evaluación de dolor en neonatos. Fuente: Elaboración propia
Premature Infant Pain Profile (PIPP) o Perfil de dolor en bebés prematuros: Esta escala es adecuada tanto para RNAT como RNPT, y se recomienda su aplicación a partir de la semana 28 de gestación.
Evalúa siete parámetros: la edad gestacional, la conducta del bebé, la FC, la saturación de oxígeno (SatO2), el ceño fruncido, el cierre de los ojos y el pliegue nasolabial. Debido a que incluye observaciones conductuales, no es adecuada para neonatos que están sedados. Se valora positivamente por incorporar la edad gestacional en su evaluación.
Cada uno de estos ítems se califica con una puntuación de 0 a 3. Si la puntuación total es inferior a 6, se considera que el dolor es mínimo o inexistente; entre 7 y 12 indica un dolor moderado, y una puntuación superior a 12 refleja un dolor grave. En evaluar el ítem de comportamiento se debe realizar una observación al neonato de 15’’ y en los demás ítems, exceptuando la edad gestacional, se debe de realizar una observación de 30’’.
Su solidez, utilidad y fiabilidad la convierten en una herramienta muy adecuada para la estimación del dolor en postoperatorios.
Cuadro 6.2 Escala PIPP. Fuente: Elaboración propia.
Premature Infant Pain Profile-Revised (PIPP-R) o Perfil de dolor en bebés prematuros-Revisado: Esta escala, utilizada para evaluar el dolor relacionado con procedimientos, es una herramienta multidimensional que consta de 7 ítems, basada en la versión revisada de la escala PIPP. De estos, tres son indicadores de comportamiento, dos son fisiológicos y dos son contextuales.
Para utilizar esta escala, se deben seguir los siguientes pasos:
Cada ítem recibe una puntuación del 0 al 3. Si la puntuación final es menor a 6 se considera que presenta un dolor mínimo o inexistente, entre 7 y 12 el dolor es moderado, y por encima de 12 se considera grave.
Cuadro 6.3 Escala PIPP-R. Fuente: Elaboración propia
Neonatal Infant Pain Scale (NIPS) o Escala de dolor neonatal e infantil: Esta escala evalúa el dolor provocado por un procedimiento doloroso. Es aplicable tanto a RNAT como RNPT.
Mide cambios en la expresión facial, el llanto, el patrón respiratorio, los movimientos de las extremidades superiores e inferiores, y el nivel de alerta. Cada uno de estos parámetros recibe una puntuación de 0 a 1, excepto el llanto, que puede ser puntuado entre 0 y 2. Si la puntuación total es de 0 a 2, el dolor se considera leve o inexistente; de 3 a 4, se considera moderado; y si es superior a 4, el dolor es intenso.
La escala NIPS es una herramienta multidimensional con destacadas ventajas psicométricas, además de mostrar una excelente fiabilidad entre evaluadores. Numerosos estudios demuestran la implementación exitosa de la NIPS y su facilidad de aplicación en la práctica clínica.
Cuadro 6.4 Escala NIPS. Fuente :Elaboración propia.
Escala CRIES (Crying, requires oxygen saturation, increased vital signs, expression and sleeplessness): Escala utilizada en RNAT y RNPT en dolor prolongado y post quirúrgico. Utiliza variables fisiológicas y de comportamiento dándole una puntuación de 0,1 o 2.
Un valor de 0-1 se considera que el dolor es inexistente. Con una puntuación de 2-4 el dolor es leve, en este caso se deberían aplicar medidas no farmacológicas. Ante una puntuación de 5-7, el dolor se considera moderado y se recomiendan medidas no farmacológicas y soporte farmacológico. El dolor se considera severo si es superior a 7 puntos, y se deberían iniciar medidas farmacológicas.
Cuaro 6.5 Escala CRIES. Fuente: Elaboración propia.
Neonatal Facial Coding System (NFCS) o Sistema de Codificación Facial Neonatal: Se basa en un sistema de codificación basado en los cambios faciales, útil en el dolor quirúrgico.
Evalúa 8 parámetros, entre los que se incluyen el levantamiento de las cejas, el cierre de los ojos, el aumento de la profundidad del surco nasolabial, la apertura de los labios, el estiramiento de la boca, la tensión de la lengua, la protrusión de la lengua y la vibración de la barbilla.
Figura 6.1: Cambios faciales de un recién nacido. Fuente: Chattás G (7).
Se da una puntuación del 0 al 1 en función de la presencia o ausencia de los signos anteriores. Se considera que el neonato presenta dolor con una puntuación superior a 3.
No se recomienda aplicarla en neonatos sedados. Se considera que esta es una escala que requiere mayor entrenamiento por parte del personal sanitario que realice la evaluación, lo que puede llegar a ser un inconveniente.
Cuadro 6.6 Escala NFCS. Fuente: Elaboración propia.
Escala COMFORT: Evalúa tanto aspectos físicos como conductuales y es actualmente una de las escalas más empleadas. Es especialmente recomendada para pacientes que están recibiendo ventilación mecánica (VM), ya que permite medir el nivel de sedación.
Consiste en la medición de 2 parámetros físicos, FC y tensión arterial (TA), y 6 parámetros conductuales, como grado de alerta, agitación/calma, llanto o respuesta respiratoria, movimiento físico, tono muscular y expresión facial.
Cada parámetro se califica con una puntuación que va del 1 al 5. Una puntuación entre 8 y 16 indica sedación excesiva; entre 17 y 26 puntos, sedación adecuada; y una puntuación de 27 a 40 refleja sedación insuficiente.
Cuadro 6.7 Escala COMFORT para VM. Fuente: Elaboración propia.
Cuadro 6.8 Escala COMFORT (no VM). Fuente: Elaboración propia.
De esta escala se creó la COMFORT B que eliminó los ítems fisiológicos para aumentar la confiabilidad al evaluar el dolor neonatal. Esta escala se diseñó porque la principal se considera más lenta y complicada de valorar, analiza parámetros subjetivos y objetivos, incluye variables como la frecuencia cardiaca y la presión arterial que se alteran en el paciente crítico por muchos otros factores y tampoco ha sido validada en niños con relajante muscular. Es la principalmente recomendada por la European Society of Paediatric and Neonatal Intensive Care (ESPNIC) para la monitorización de la sedación en las unidades de cuidados intensivos pediátricos, en pacientes con y sin VM. Usando esta escala la puntuación quedaría como sobresedación entre 6-8 puntos; sedación profunda 9-10 puntos; estado óptimo de sedación 11-22 puntos, y agitación o infrasedación entre 23-30 puntos.
Neonatal Pain and Sedation Scale (N-PASS) o Escala de dolor, agitación y sedación neonatal: Esta escala permite evaluar los niveles de dolor, agitación y sedación en RNAT y RNPT con dolor agudo y/o continuo. N-PASS es una herramienta clínicamente fiable, válida y rápida para evaluar el dolor agudo prolongado en neonatos a término ventilados. Permite evaluar el dolor y grado de sedación de forma independiente, en cada una de ellas utiliza parámetros conductuales y fisiológicos. Es apta para neonatos, de cualquier edad gestacional, hasta los 12 meses.
Cuando se valora el dolor/agitación cada parámetro se puntúa del 0, 1 o 2, y la evaluación debe ser mediante observación sin intervenir. En la evaluación de la sedación sí se requiere estimulación, y a los parámetros se les asigna una puntuación de 0, -1 o -2. Una puntuación >+3 indica dolor y una puntuación >-3 indica sedación. La puntuación máxima es de 10 puntos, pero en el caso de evaluar neonatos de < 30 semanas al final de la puntuación se deberá añadir un punto extra. En este último caso la puntuación final es de 11 puntos.
Se indica aplicar medidas no farmacológicas ante puntuaciones menores o igual a 3, y medidas farmacológicas en puntuaciones superiores o iguales a 4.
Cuadro 6.9 Escala N-PASS. Fuente: Elaboración propia.
Behavioral Infant Pain Profile (BIPP) o Perfil conductual del dolor infantil: Esta escala evalúa varios aspectos, incluyendo los estados de sueño y vigilia, las expresiones faciales y los signos observables en las manos. Es adecuada para RNAT y RNPT. Su principal limitación es que requiere la intervención de profesionales capacitados para identificar correctamente los diferentes estados de sueño y vigilia.
Los ítems se califican con puntuaciones de 0, 1 o 2, y la puntuación total oscila entre 0 y 9. Las puntuaciones inferiores a 3 indican un dolor mínimo o inexistente; entre 3 y 6, un dolor moderado; y aquellas entre 7 y 9 reflejan un dolor severo.
Cuadro 6.10 Escala BIPP. Fuente: Elaboración propia.
La evidencia sugiere que el uso de escalas para evaluar el dolor sigue siendo inconsistente y heterogéneo en su aplicación. Por esta razón, el equipo de enfermería juega un papel fundamental en la evaluación y manejo del dolor neonatal, siendo crucial que cuenten con competencias específicas, como un conocimiento adecuado, para proporcionar cuidados oportunos y responsables.
En una meta-etnografía realizada en 2022, que comparó las experiencias de enfermeras de distintos países sobre el manejo del dolor en RNPT, se concluyó que el personal de enfermería enfrenta diversas dificultades para identificar y tratar el dolor de manera eficaz. Estas dificultades incluyen la falta de apoyo, la insuficiente formación, la ausencia de políticas estandarizadas, una carga de trabajo elevada y una colaboración limitada con otros profesionales de la salud.
Para reducir la variabilidad en la interpretación del dolor por parte de los profesionales, existen métodos objetivos que permiten evaluar el malestar de manera más precisa.
Actualmente, se dispone del equipo NIPE, desarrollado a partir del índice Analgesia Nociception Index (ANI), originalmente diseñado para evaluar la anestesia quirúrgica en adultos mediante el análisis de la variabilidad de la FC, y adaptado para su uso en neonatos. Este sistema ofrece una monitorización continua y no invasiva del dolor en recién nacidos mediante el análisis de la variabilidad de la FC, lo que permite aproximarse a la actividad del sistema parasimpático. La tecnología fue creada para evaluar el equilibrio entre el tono simpático y parasimpático en recién nacidos desde la semana 26 de gestación hasta los 2 años de edad.
El sistema nervioso autónomo regula las funciones corporales a través del sistema simpático, que responde al estrés y al dolor, y el sistema parasimpático, que se relaciona con el descanso y la calma. Ambos sistemas trabajan juntos para mantener la homeostasis y el equilibrio del organismo. Uno de los parámetros que se altera en respuesta a diferentes estímulos es la FC, lo que puede generar taquicardias o bradicardias. Mediante el análisis de la variabilidad de la FC en los últimos 64 segundos, se puede obtener una estimación de la actividad del sistema parasimpático.
El NIPE realiza este análisis utilizando el registro electrocardiográfico proporcionado por el monitor multiparamétrico que está supervisando al paciente, conectando ambos equipos mediante un cable.
Figura 6.2: Conexión entre NIPE y el monitor multiparamétrico. Fuente: NIPE Monitor V1 User Manual.
En la pantalla de NIPE, podemos observar en la parte inferior de color negro el registro del electrocardiograma (ECG) adquirido por el monitor. Habrá un indicador de la calidad de la señal, que dependerá de cómo sea el trazado del ECG.
Figura 6.3: Pantalla principal del monitor NIPE. Fuente: NIPE Monitor V1 User Manual.
A partir del análisis de la variabilidad de la FC, se asigna un valor numérico que oscila entre 0 y 100. Un rango de entre 50 y 70 se asocia con una analgesia adecuada, donde la actividad parasimpática predomina ligeramente sobre la actividad simpática. Cuando los valores son inferiores a 50, indica malestar, dolor o estrés, además suele asociarse con un cambio hemodinámico durante los siguientes minutos en respuesta al disconfort.
NIPE ofrece la posibilidad de leer dos valores: el NIPE instantáneo (NIPEi) y el NIPE promedio (NIPEp). El NIPEi, que representa el valor medio de los últimos tres minutos, se muestra en el monitor como una línea roja y permite evaluar caídas repentinas en respuesta a estímulos dolorosos o procedimientos estresantes. Por otro lado, el NIPEp es la media calculada de los últimos 20 minutos y se presenta en azul, lo que ayuda a determinar el estado de estabilidad o el dolor persistente.
Figura 6.4: Gráfica de NIPEi y NIPEp. Fuente: NIPE Monitor V1 User Manual.
NIPE proporciona una evaluación rápida y objetiva del confort del neonato; sin embargo, es importante señalar que en situaciones de dolor agudo, como durante una extracción de sangre, su fiabilidad puede verse afectada, ya que se producirían cambios significativos en los valores de NIPEi. Después de un procedimiento doloroso agudo, como la extracción de sangre, la medición de glucosa o una gasometría capilar, se observa un cambio considerable en el valor del NIPEi durante los primeros cuatro minutos tras el procedimiento, alcanzando el descenso máximo a los 2,79 minutos. Además, otros factores como la luz, el ruido, interferencias de equipos y los movimientos del paciente pueden complicar la obtención de un registro ECG de buena calidad.
Como se ha señalado anteriormente, los estudios indican que el dolor agudo no tratado puede tener un impacto negativo en el neurodesarrollo de los recién nacidos, provocando alteraciones en las áreas motora, cognitiva y conductual. Esto resalta la importancia de modificar las prácticas clínicas y de mejorar las estrategias para asegurar un mayor confort a estos pacientes.
Entre las medidas no farmacológicas que forman parte de esta serie de estrategias para prevenir el dolor neonatal se encuentran la lactancia materna, el contacto piel a piel, la administración de soluciones orales dulces, la succión no nutritiva, el control ambiental y la contención. Estas prácticas han sido desarrolladas para evitar los efectos secundarios que los medicamentos pueden causar en los recién nacidos, considerando las diferencias en farmacocinética y farmacodinámica en comparación con los adultos.
Algunas de las intervenciones no farmacológicas para el manejo del dolor neonatal pueden ser llevadas a cabo por los padres, siempre que reciban la formación y capacitación adecuadas. Zhao et al encontraron que algunas enfermeras en su estudio consideraban que los padres podían colaborar eficazmente en la intervención del dolor neonatal una vez que se les proporcionaba la educación necesaria, lo cual también favorecía el fortalecimiento del vínculo afectivo entre padres e hijos. No obstante, la exclusión de los padres en el cuidado de RNPT que experimentan dolor sigue siendo frecuente. Esta situación suele estar relacionada con la alta carga de trabajo del personal de enfermería, la limitación de tiempo, el estrés del entorno hospitalario y, en algunos casos, el deseo de proteger a los padres de la ansiedad que puede generar la participación directa en el cuidado del recién nacido en situaciones críticas.
Cuadro 6.11 Medidas no farmacológicas para aliviar el dolor. Fuente: Elaboración propia.
Para prevenir o limitar los estímulos dolorosos se aconseja mantener un ambiente agradable con reducción máxima de luz y ruido, evitando los cambios de temperatura y respetando los momentos de sueño y alimentación.
En lo que respecta a la acústica, el nivel de ruido debe mantenerse por debajo de 45 dB, siendo lo ideal un rango entre 10 y 55 dB, y nunca exceder temporalmente los 65-70 dB. También se sugiere tener control con el ruido interno de las incubadoras y con el tono de voz del profesional o cuidadores mientras se manipula al paciente.
En cuanto a la iluminación, es aconsejable evitar que el neonato esté expuesto a luz directa, ya sea natural o artificial. Se debe facilitar una transición gradual entre el sueño y la vigilia. La luz natural ayuda a regular el ciclo circadiano, lo cual es importante para la recuperación del recién nacido. Se recomienda utilizar una iluminación regulable para poder ajustarla según sea necesario, especialmente durante procedimientos que requieran una luz más intensa.
La climatización debe ser regulada mediante termostatos, manteniendo la temperatura en un rango de 22 a 26 ºC en las salas de atención, con una humedad relativa que se sitúe entre el 30 y el 60%. Es importante evitar abrir las ventanas para no comprometer el control de las condiciones ambientales.
Figura 6.5: Enfermeras neonatales trabajando bajo un cobertor de tela para evitar la exposición directa de la luz. Imagen de Ariadna Creus y Àngel García. Banc d’Imatges Infermeres COIB.
También conocido como el método madre canguro (MMC), fomenta una interacción directa entre la piel del recién nacido y la de la madre en una postura perpendicular. Esta estimulación continua actúa como una vía inhibitoria del dolor, ya que activa el sistema de modulación endógena del dolor. Este efecto se debe a la estimulación somatosensorial que promueve la liberación de hormonas como la gastrina, insulina, hormona de crecimiento y colecistoquinina por el sistema parasimpático.
El contacto con el latido del corazón de la madre, su calor y su aroma, favorece la autorregulación del recién nacido, reduciendo el tiempo de llanto y mejorando eventos cardiorrespiratorios como una respiración más regular, adecuadas saturaciones de oxígeno, ahorro energético y sincronización térmica entre madre e hijo.
Estos mecanismos también inducen en el recién nacido la producción de oxitocina que hace disminuir la actividad del sistema nervioso simpático, asociándolo a un estado de sueño y relajación, y dando lugar a una mayor estabilidad hemodinámica.
Se recomienda emplear este método 30 minutos antes del procedimiento doloroso, y que siempre que se pueda, sea en brazos de la madre ya que esta aporta calma y seguridad al recién nacido.
Qiao Shen et al. en una revisión sistemática sobre la eficacia y seguridad de las intervenciones no farmacológicas para el dolor neonatal encontraron que no había diferencias significativas en la evaluación del dolor cuando el neonato hacía piel con piel con la madre o con otro cuidador (padre o otra mujer), de manera que si las madres no pueden participar en este método no farmacológico, los padres u otras mujeres pueden servir como alternativa.